Búsqueda especifica

jueves, 20 de noviembre de 2014

Cesar Alvizo, observando la ciudad.

Vivimos en una sociedad llena de imágenes que nos bombardean constantemente, entre carteles publicitarios, edificios relucientes y señales de tránsito, caminamos sin siquiera observar lo que está a nuestro alrededor, a veces estamos tan acostumbrados a las imágenes que nos rodean que ni siquiera podemos recordarlas en detalle, solo sabemos que están allí; objetos pesados y llenos de polvo se convierten en grandes bloques inertes que se pierden en nuestro campo visual saturado; Cesar Alvizo retoma estos bloques y les devuelve su existencia, mostrándonos cada uno de sus detalles en un proceso de observación en el vacío.



El proceso artístico de Alvizo comienza través de la deriva, transita la ciudad de México buscando objetos que parecieran haber caído en el olvido, se toma su tiempo para recorrerlos y observarlos, luego los registra por medio de su cámara fotográfica y regresa a su estudio, trabaja en pequeño formato sin que esto signifique que los detalles de sus objetos se comprometan, mantiene cada peculiaridad de ellos como si de ello dependiera su vigencia, sellándolos en el tiempo para que nunca más puedan cambiar; desde puestos de periódicos y carros de feria, hasta neumáticos amontonados son representados en acuarela sobre un fondo blanco que nos permite observar cada detalle del objeto sin que el entorno pueda bloquearlo o interferir con nuestra observación.




La selección de los objetos que encarna Cesar Alvizo en sus obras son ruinas contemporáneas de una ciudad que desecha y abandona a su antojo los objetos que no ocupa justo en ese instante, mucho de su trabajo representa cosas completamente funcionales que sin embargo son empaquetadas o cerradas durante largos periodos, por lo que el tiempo y la intemperie los van desgastando, produciendo en ellos una estética de lo desgastado, de lo viejo y transitorio. 






Cesar Alvizo es originario del Distrito Federal, egresado de la Licenciatura de Artes Plásticas en “La Esmeralda”. En 2008 realiza cursos en la Academia de San Carlos UNAM, de Expresión y Experimentación Gráfico, Pictórica y en el taller de Fotografía Blanco y Negro; ha expuesto en diferentes ocasiones en la República Mexicana, actualmente la galería NUUN espacio de arte, en Oaxaca muestra algunas de sus piezas y se puede ver más de su obra enhttp://cesaralvizoberrios.weebly.com/






Texto publicado en Fantástico Cotidiano el 19 de noviembre del 2014.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Bea Camacho, el arte de recluirse en uno mismo.

La introspección es la capacidad de la mente de hacerse consciente de sus propios estados, en relación a las circunstancias presentes o las vivencias pasadas, esta capacidad puede ser desarrollada a través de la meditación, el aislamiento y técnicas psicológicas que buscan estados de tranquilidad y calma para después realizar la introspección retrospectiva; independientemente de nuestro estado mental actual todos podemos realizar esto para poder tener una vida plena y en paz. Muchos artistas han recurrido a estas técnicas para realizar sus obras, sin embargo Bea Camacho destaca debido a su referencia directa con el aislamiento y creación del ambiente donde un mismo desea desarrollarse.






Nuestro arquetipo de capullo está relacionado con el crecimiento y el cambio, se basa en nuestras observaciones de la naturaleza y sus formas, las orugas y las flores parecen recluirse en sí mismas antes de abrirse y despertar en formas nuevas y coloridas, de igual forma los recién nacidos mantienen su posición fetal durante los primeros días antes de comenzar a experimentar su entorno, Bea Camacho toma esta forma y decide hacer de sus vivencias pasadas y su propia introspección un acto artístico, en sus performance utiliza el ganchillo y realiza diferentes acciones como en el Centro de Arte de Kyoto , en la cual teje en espirales alrededor de ella misma desde la lente de una cámara hasta que se oscurece por completo en el cuadro de video.




El aislamiento es un concepto básico en su trabajo, originaria de Filipinas se traslada a los Estados Unidos desde los once años sin su familia, evento que la marca y define mucho de su trabajo artístico; en una de sus acciones se aísla por completo en un capullo rojo que ella misma teje durante once horas, en otra teje un sombrero rojo para cada uno de sus familiares en Filipinas, sin saber las medidas necesarias para cada uno de ellos usa su memoria para realizarlos y les coloca cuerdas a los costados que supondrían la altura de cada uno, posteriormente se los envía y se hace el registro fotográfico de todos ellos usando sus respectivos sombreros. 








Graduada de la Universidad de Harvard con honores en 2005, en Estudios visuales y ambientales, ha realizado diversas exposiciones individuales en Filipinas y colectivas en Francia, Singapur, Estados Unidos, Alemania, Londres y Hong Kong entre otros; para conocer más de su obra pueden visitar http://www.beacamacho.com/cv/



Texto publicado en Fantástico Cotidiano el 19 de noviembre del 2014.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Construyendo espacios, un acercamiento a la obra de Claudia Luna

La Ciudad de México es una mancha urbana que alberga alrededor de 8’851,080 personas, según el censo de 2010 del INEGI, que necesitan servicios básicos como agua, comida, luz, transporte y por supuesto vivienda, por lo que esta mancha crese y se transforma continuamente, la construcción de nuevas vialidades, formas de transporte y edificios de condominios son usuales en este entorno, sin que necesariamente se logre abastecer de servicios a todas las personas, dentro de dicha dinámica es común encontrar casas en obra negra, a medio terminar y en incesante construcción; son estas casas donde muchas personas comparten espacios, entre abuelos, tíos o primos, y pasan las diferentes etapas de su vida formando una comunidad con su familia extendida, proporcionando una estética particular al entorno visual y social de esta ciudad; estética que es retomada por Claudia Luna y reinterpretada en un discurso grafico-pictórico que nos muestra que los procesos de construcción pueden referirse tanto a la arquitectura, como a la comunidad y al individuo, y también al proceso artístico.



Originaria del Distrito Federal, Claudia Luna estudia en la entonces Escuela Nacional de Artes Plásticas (ahora Facultad de Artes y Diseño), enfocando sus estudios en grabado y pintura. Pronto se interesa en lo precario de los materiales por lo que trabaja con láminas de metal oxidadas y cartón, creando una estética propia y bien definida en su trabajo, el cual es una exploración de su propio proceso artístico, que da saltos entre lo gráfico y lo pictórico; experimentando con el color y los materiales, comienza a emplear el cartón como base para sus obras y continua experimentando con él, variando los tamaños y uniendo pliegos de este material o rasgándolo; sobreponiendo cartones también logra crear un sentido de profundidad alrededor de sus piezas, estableciendo un juego compositivo desde la base, de igual forma retoma parte de su proceso creativo usando masking-tape para definir y estructurar sus bocetos permitiendo que éste sea parte importante del resultado final en sus últimos trabajos.





Para esta joven artista nacida en 1988, la construcción en sí misma es un trabajo que puede modificar el espacio y la materia, delimitar espacios para crear comunidad o impedirla, pero de igual forma puede establecer nuevas formas de conducta, así como se pueden construir espacios, se puede instruir individuos: educar podría ser la forma más básica de construcción, pero la edificación de un individuo no termina jamás, uno se “levanta” a si mismo desde una base y define de a poco qué clase de construcción desea ser, influido por el entorno y por la misma comunidad.





Claudia Luna cuenta con diferentes exposiciones colectivas y una individual, fue seleccionada en el Encuentro Nacional de Arte Joven en el 2012 y en la Bienal de pintura Pedro Coronel el mismo año, acreedora a una beca del FONCA en la especialidad de pintura en la selección del 2013, durante este noviembre expone una de sus obras en la galería de ATE, en topacio 25 del centro histórico, para revisar más de su obra pueden visitar http://marmotaclaus.tumblr.com/






Texto publicado en Fantástico Cotidiano el 08 de noviembre de 2014.

martes, 4 de noviembre de 2014

Rebekah Bogard y la vida creada a conciencia.

Según las teorías evolutivas, todas las especies, incluyendo el ser humano, generaron sus características físicas en función de sus necesidades de supervivencia, según algunos teóricos incluso las cualidades que representan vulnerabilidad y ternura en los bebés y niños son el resultado de la necesidad de crear en los miembros de la manada la necesidad de cuidarlos y protegerlos hasta que son adultos; mentones pequeños, mejillas rosadas, ojos grandes y cuerpos pequeños son algunas de estas características, sin embargo todas ellas también son estereotipos de femineidad y belleza. 






Para Rebekah Bogard estos estereotipos de vulnerabilidad deben ser re contextualizados como elementos de poder, con toda la carga sexual que ello conllevaría; por lo que su obra artística está plagada de la iconografía femenina como flores, mariposas, colores pastel y cuerpos redondeados y sensuales, todo ello dentro de instalaciones conformadas de varias piezas de cerámica que resultan ambiguas y representan relaciones de poder donde los seres aparentemente vulnerables son los que deben poseer mayor resistencia en un vínculo donde serán ellos quienes afronten las consecuencias de aceptar esa dinámica. 






Piezas como “Crush” del 2010 implican llenar de agua la galería y representan un ambiente lleno de tención, ya que paredes falsas y una puerta cerrada le da un aura de misterio, al mismo tiempo que varios de sus personajes centinelas observan inquisitivamente a quien se aventura a pasar.






Aunque a simple vista sus obras parezcan inocentes y de un encanto particular, sus animales ficticios provocan cierta incomodidad, un pequeño punto en nuestra mente nos hace pensar que algo está fuera de lugar, sus características de pronto parecen opacadas por un gesto o actitud despreocupada o desafiante, ya que Bogard desarrolla sus obras como elementos en una narración con múltiples interpretaciones, las cuales, el espectador debe encontrar.








Rebekah Bogard es profesora de cerámica en la Universidad de Nevada en Reno y ha expuesto en múltiples ocasiones dentro de Estados Unidos, para revisar el proceso completo de la creación de sus piezas o ver más de su obra pueden entrar a http://www.rebekahbogard.com/index.htm












Texto publicado en Fantástico Cotidiano el 03 de noviembre del 2014.