Búsqueda especifica

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Una mirada cercana y el talento de Artemio Rodríguez.

Nuestro país tiene una gran tradición de grabadores, José Guadalupe Posada es quizá el más conocido de todos ellos, por ser a quien se le atribuye la figura de La Catrina como la conocemos hoy día, haciendo de la representación de esqueletos en escenas cotidianas un referente importante en el grabado mexicano. Otros artistas como Leopoldo Méndez continuaron y enriquecieron esta tradición, sus propios intereses los motivaron a realizar piezas cercanas al activismo político, e incluso se llegó a fundar el taller de Gráfica popular en 1937; la actividad de dicho taller sigue hasta nuestros días sin embargo ha perdido escena en la producción del grabado actualmente, pese a esto, muchos otros talleres siguen promoviendo el arte del grabado en México y artistas como Artemio Rodríguez continúan destacando por su calidad y demostrando que a pesar de que ésta técnica se ha desarrollado en México desde 1826, es una técnica fundamental del arte contemporáneo.





Artemio Rodríguez ha trabajado el grabado tanto en metal como linóleo y madera, sin embargo sus obras más representativas están elaboradas en linóleo, éstas placas son blandas y hasta cierto punto flexibles a diferencia del metal o la madera, el trabajo en ellas puede ser más delicado y no permite errores; el dibujo realizado con la gubia, pequeña navaja en forma de cuña que marca el material, será visto en la impresión final como los blancos o luces de la imagen, y todo lo que se deje sin marcar permanecerá en negros, es por esto que para crear otros tonos y profundidades se requiere de un patrón de lineas consecutivas que de volumen y textura a los objetos representados. 






En el caso de Artemio, las imágenes representadas hacen alusión al México contemporáneo y sus problemáticas sociales; cercano a la migración, ya que él mismo migró a la edad de 21 años hacia nuestro vecino del norte, retoma su propia experiencia y la incorpora a una visión propia del juego de la lotería: “el mojado, la tristeza, la migra, el fumador, la prensa y el mal gobierno” pasan a formar parte de los nombres que se deben completar para poder ganar; su peculiar estilo es provocador y honesto y con títulos como “Payasos Piden a La Virgen Alto a La Maldita Crisis" de 2013 o “Hipocresía al derredor” de 2004 a logrado captar la atención de especialistas tanto nacionales como extranjeros siendo reconocido con exhibiciones en el Hammer Museum, Los Angeles County Museum of Art, Seattle Art Museum, San Diego Museum of Art, Phoenix Art Museum, Seatle Art Museum y Boise Art Museum, entre otros.





Originario de Tacámbaro, Michoacán, Artemio comenzó su aprendizaje en el grabado a la edad de diecisiete años mientras trabajaba como aprendiz de impresor en el Taller Martín Pescador de Juan Pascoe; durante su estadía en Los Ángeles, California, trabaja pintando casas mientras empieza a vender su obra y eventualmente logra dedicarse de tiempo completo a la creación artística. Con el tiempo regresa a Michoacán donde funda su taller de grabado en una comunidad cercana a Tacámbaro. Actualmente cuenta con varias publicaciones impresas que se pueden adquirir en su pagina oficial http://artemiorodriguez.net/store.html desde tan solo $30 pesos, además sus obras están a la venta en la galería Davidson de Seatle en el siguiente link: