Búsqueda especifica

viernes, 21 de marzo de 2014

Ron Mueck en el Antiguo Colegio de San Ildefonso

¿Qué es el arte si no una forma de representación? El problema viene después, cuando nos preguntamos qué es lo que se desea representar, cómo y por qué.
En primer lugar debemos aceptar que una representación siempre será una creación basada en un objeto o idea que pretende evocarla de una forma u otra dando la posibilidad de destacar dentro de la misma representación algún punto concreto de lo que se habla. El arte usa esta premisa para manipular la percepción que el observador tenia de lo que se presenta ante sus ojos, transgrede la imagen, conduce las sensaciones y con esto pretende generar un dialogo entre el creador y quien observa la obra, o al menos eso es lo que debería hacer, ahora bien, dentro del arte contemporáneo las representaciones pueden variar desde una pintura hiperrealista hasta la presentación de un muro supuestamente baleado por narcos llevado desde México hasta Venecia solo para la observación del público, en cuanto a este ultimo  muchos críticos y artistas contemporáneos han validado ya este tipo de propuestas, donde la destreza técnica del autor ha desaparecido ya y la mala manufactura de las piezas exhibidas es lo que hace cuestionarnos si eso es realmente arte, pero que es lo que pasa cuando las obras destacan por la habilidad del autor en su disciplina?


La actual exposición de Ron Mueck en el Antiguo Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de México no solo ha sorprendido al público logrando gran afluencia en las salas abarrotándolas, también ha sido el punto de varias críticas por parte de varios periódicos y revistas, la mayoría son reseñas cuantitativas que destacan lo sorprendente de las representaciones de los detalles y las dimensiones de las piezas sin embargo criticas como la de Bartolomé Delmar para “Chilango” en su edición de noviembre minimizan la relación que el arte tiene con la capacidad técnica del creador; según Delmar “No se puede ver más allá del asombro, del shock inicial”, esta frase solo puede ser propia de quien se queda no más de 5 minutos en una sala de exposiciones y se va sin más del museo asistiendo a él solo por la obligación de quien se cree culto, no seré yo quien pueda calificar mejor la obra de este artista, pero recordemos que actualmente el hiperrealismo a tomado gran auge en el arte contemporáneo y que en pintura se ha consolidado con las obras de Gerar Richter, Steve Smulka y Chuck Clos por nombrar algunos, demostrando que una obra puede tener un trasfondo importante sin perder la calidad en las piezas presentadas, llegando al punto donde la misma destreza le proporciona al artista una herramienta para hablar del arte; por lo cual descalificar del arte contemporáneo a una obra por el hecho de que la destreza técnica con la que fue realizada supera la expectativa de quien se está acostumbrando a ver animales en formol, me parece un exceso.
Cabe preguntarnos si no estaremos aprendiendo a juzgar de forma incorrecta las obras de arte, no cabe duda de que no todo lo que se exhibe en un museo o galería valga la pena y que cada uno de los espectadores tiene el derecho a ejercer su propio sentido del gusto sin embargo no nos apresuremos a refutar la valides de una obra de arte sin examinar detenidamente todas las variables que el artista trata de representar.